jueves, 8 de enero de 2015

Indiana ha dicho:



 
Ayer terminé de leer este libro. Lo leí despacio, como el que saborea un buen vino.
Su trama me hizo sobrevolar a baja altura un pais en plena dictadura y otro recien salido de ella. Tomé un mate en una bodeguita de Barracas mientras sonaba de fondo un tango, y poco después una cerveza mirando las viejas chimeneas de los hornos de Puerto de Sagunto. Sentí como viejos conocidos a un tropel de gatos que poblaban una vieja iglesia, y vibré con un amor vivido en la distancia.
     Algunas veces basta con hacer callar a la boca para que hable el corazón.
     Qué decir: gracias por ser mi compañero de viaje, por recordarme que las personas no son solo un nombre, tambien son una historia, una... Vida.
     El texto muy profesional.
 
(Conclusiones de Indiana Indiana al finalizar la lectura de Los gatos de Santa Felicitas.)
 
 
Fotografía: Débora Trachter