En la actualidad: Castillo Romano con el Puerto de Sagunto al fondo. |
[…] El ascenso hasta las murallas valió la pena. Desde allí,
el mar se mostraba en toda su extensión y la población de El Puerto aparecía
dando cobijo a la playa, como muestra de dos culturas diferentes compartiendo
la misma tierra. A mi espalda las antiguas piedras y los campos que las
rodeaban contrastaban con aquellas tres grandes moles que expelían el humo por
sus bocas, y con las grúas que, empequeñecidas por la distancia, se divisaban
junto al muelle, al lado de dos grandes mercantes que en aquel momento se
encontraban anclados en espera de su carga.
—Aquel que se ve más pequeño, es el montacargas. Mi papá te
llevará al interior de la fábrica y te enseñará los talleres y el lugar donde
se transforma la materia que dio vida a mi Puerto.
Así, desde lo alto de la fortaleza romana, observando aquel
mar azul y las formas grises elevándose hasta el cielo, mientras contemplaba
las murallas y los verdes campos que alfombraban el terreno hasta donde la
vista me alcanzaba y el aire se impregnaba de los susurros de antiguos amantes
romanos, íberos, griegos, judíos y árabes, volví a sentir la rivalidad entre
aquella tierra que ahora me hospedaba y mi tierra argentina al otro lado del
mar. Y entonces, de nuevo, el temor a estar alejado de Rosita se apoderó de
mí.[…]